Algunas de las últimas novedades de la Real Academia Española de la Lengua del año
2010, sobre ortografía, parece haber sido ignoradas por parte de muchos
literatos, periodistas y profesionales de la escritura.
Alberto G |
Podría citar varias, pero las que más me llaman la atención, son la
eliminación de la tilde diacrítica del adverbio solo y de la conjunción
disyuntiva o entre cifras. En mi caso, desde que tuve conocimiento de
las nuevas reglas ortográficas no volví a poner una tilde diacrítica en ninguno
de los dos casos, pero ¿Qué ocurre cuando lees a personas que consideras
eruditos en la materia y sorprendentemente en sus escritos se observan las
mencionadas tildes? Pues que me siento contrariada y dudosa de estar haciendo
lo correcto.
Una y otra vez, leo y releo las novedades de la RAE, y me reafirmo en la
creencia de que estoy haciendo lo adecuado, ya que a pesar de no referirse en
el caso del adverbio solo, como obligatoria la supresión de la tilde
diacrítica, sí dedica varios párrafos argumentado las razones lingüísticas de
su eliminación.
Concretamente en uno de ellos dice lo siguiente:
“…ese empleo tradicional de la tilde en el adverbio solo y los
pronombres demostrativos no cumple el requisito fundamental que justifica el
uso de la tilde diacrítica, que es el de oponer palabras tónicas o acentuadas a
palabras átonas o inacentuadas formalmente idénticas, ya que tanto solo como
los demostrativos son siempre palabras tónicas en cualquiera de sus funciones”.
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Y cuando se refiere a la posible ambigüedad, concreta lo siguiente:
“Las posibles ambigüedades pueden resolverse casi siempre por el propio
contexto comunicativo (lingüístico o extralingüístico), en función del cual
solo suele ser admisible una de las dos opciones interpretativas. Los casos
reales en los que se produce una ambigüedad que el contexto comunicativo no es
capaz de despejar son raros y rebuscados, y siempre pueden evitarse por otros
medios, como el empleo de sinónimos (solamente o únicamente, en el caso del
adverbio solo), una puntuación adecuada, la inclusión de algún elemento que
impida el doble sentido o un cambio en el orden de palabras que fuerce una
única interpretación”.
Por tanto, ¿qué ocurre pues con algunos profesiones que se niegan a seguir
a la RAE? Obviamente, no creo que sea por ignorancia de la norma. Entiendo que,
en algunos casos, existirá un rechazo a la eliminación de una regla que se
aprendió en el colegio y que perduró por muchos años. Pero, ¿realmente será
este el motivo en todos los casos?
La siguiente modificación suprimiendo la tilde en la conjunción disyuntiva o
entre cifras, reconozco que es más seguida que la anterior, y que la tilde
eliminada por la RAE, la observo muchísimo menos. Aún así, y a pesar de ocurrir
en escasas ocasiones, es una circunstancia que también me llama la atención y me
contraría.
No sé qué pensarán los académicos de estas situaciones, en que algunos
editores, correctores de textos, escritores y demás profesionales no siguen sus
normas o consejos. Si se trata de una costumbre y uso normal, por favor
¡Háganmelo saber!
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