La práctica de cualquier tipo de yoga nos impulsa a la bondad y espiritualidad, pero el Karma Yoga está considerado el más elevado de todos
El Karma Yoga, es la rama del yoga que trata sobre la
realización espiritual a través de la vida activa. Es dar, sin esperar nada a
cambio, bien sea algún tipo de gratificación, reconocimiento, recompensa o
lucro. Es la humildad, la solidaridad y el servicio totalmente desinteresado.
Es una manera de actuar que se entiende es la más noble forma de dar.
Pero, para entender mejor qué es esta rama del yoga, primero
hay que saber qué es el “karma”
Qué es el karma
Según sus seguidores, sobre todo en religiones dhármicas
como los budistas e hinduistas, el karma es una energía que deriva de los actos
de las personas y que conviene intentar mejorar en cada reencarnación para
poder alcanzar la perfección.
Es una ley universal que establece que por cada acción hay
una reacción. Se entiende que por cada uno de los actos que se realicen habrá
una consecuencia. Con lo que a mejores actos, mejor karma, a peores actos, peor
karma.
Si se desea tener buen karma, o lo que es lo mismo, buena
energía, hay que realizar buenos actos en nuestra vida y siempre de forma
desinteresada.
Encontrar la felicidad mediante la espiritualidad o el Karma Yoga
El ser humano, desde sus orígenes, siempre ha buscado la
felicidad, pero ¿dónde se encuentra exactamente? Muchísima gente cree que
teniendo mucho más dinero, poder y belleza, alcanza la felicidad. Pero, las
personas que logran todo eso se dan cuenta que siguen sin ser felices, algunos
incluso se sienten deprimidos, desgraciados y solos.
¿Nos estaremos equivocando buscando nuestra felicidad en el
exterior? Los seguidores de esa rama del yoga, afirman que la verdadera
felicidad se encuentra en la parte espiritual del ser humano, en sus buenos
actos y en aprender a valorar lo simple, los pequeños milagros que ocurren cada
día.
Opinan que la ambición enfermiza de nuestra sociedad impide
que se pueda encontrar la verdadera clave de la felicidad, que no se halla en
las riquezas o el poder. Es mucho más simple que eso y está al alcance de cualquiera.
Los bienes materiales se entienden de menor categoría, ya que satisfacen
momentáneamente, y, normalmente, una vez conseguidos, suelen perder interés y
por tanto dejan de aportar buena parte de la felicidad anhelada.
En cambio, los bienes espirituales, son los de valor más
elevado, ya que encierran las respuestas que el género humano ha necesitado,
necesita y necesitará siempre, para poder entender muchas circunstancias que
rodean a la vida.
El espíritu del Karma Yoga, consiste en aprender a actuar, a realizar todas las cosas, prescindiendo de los resultados.
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La importancia de la meditación en el yoga y su rama Karma Yoga
Para los practicantes de cualquier tipo de yoga, la
meditación es un pilar básico e imprescindible para que los beneficios del yoga
culminen definitivamente.
En el caso del Karma Yoga, la meditación ayuda a encontrar
la hermosura en todo lo que nos rodea, a valorar todos los regalos que Dios nos
hace cada día y, lo más importante, a querernos a nosotros mismos, ya que es necesario
amarse a uno mismo para poder amar a los demás, sin necesidad de que ello
implique un aumento del ego.
Se refuerza desde el estado de meditación, la humildad
necesaria para llevar una vida creando buen karma.
Beneficios del Karma Yoga
La práctica del Karma Yoga, aporta una serie de beneficios,
entre ellos:
•Purificar el
corazón.
•Espiritualizar las
acciones.
•Disminuir el
egoísmo.
•Eliminar prejuicios.
•Conseguir un
sentimiento de gozo ilimitado y una actitud más tolerante.
Buen karma y mal karma
La práctica del Karma Yoga, según sus seguidores, no produce
reacciones materiales de ningún tipo, sino algo mucho más grande; libera el
alma y se consigue volver con Dios en la hora de la muerte.
Si se hace daño a otra persona, se estará haciendo daño uno mismo y creando un mal karma. En cambio, si se hace el bien, esas acciones virtuosas traerán felicidad, se estará creando buen karma. La vida actual es el resultado del karma pasado, las acciones presentes crearán nuestro karma futuro.
Con los actos buenos y desinteresados se crea buen karma, buena energía, lo que condicionará a la nueva reencarnación y a lograr antes la perfección.
Por tanto, para ser feliz y sumar buen karma, habrá que
olvidarse de esa obsesión enfermiza que se tiene por obtener dinero, gloria,
éxito, fama, poder y resto de ambiciones que nos rodean, ya que todo ello
implica una serie de sentimientos negativos como la ira, la codicia, la
envidia, los celos y el egoísmo, que impiden encontrar la felicidad.
En cambio, si se empieza a valorar lo simple, a descubrir la
esencia de las pequeñas alegrías que nos ofrece la vida. A querer a los
semejantes, a renunciar al ego, a ser altruistas, solidarios, benefactores. En
ese preciso momento, llegará la anhelada felicidad.
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