El yoga para niños, es una alternativa saludable, segura y beneficiosa para distraer a los niños en periodo vacacional y relajarlos durante el curso.
Niños haciendo yoga,
postura del embrión - Robbinssky
La práctica de esta actividad por los más pequeños, es
una forma muy eficaz de despegarlos del televisor o los videojuegos,
reemplazando esos entretenimientos por otro mucho más sano y relajante.
Algunos profesionales del yoga dicen que a este tipo
de niños, la práctica del yoga infantil les puede aportar muchos beneficios, ya
que existen muchos ejercicios que les ayudan a tranquilizarlos y a enfocar su
atención.
Por tanto, la práctica
de esta disciplina oriental les ayuda a calmar la ansiedad propia de estos niños, evitando la ingestión
de medicamentos. No obstante, si el niño toma algún tipo de medicación
habitualmente hay que consultar con el pediatra antes de suprimirla.
El yoga y la respiración
para niños
Un aspecto muy importante de la realización de yoga
por los niños, es el beneficio que les aporta aprender a respirar adecuadamente.
Si desde temprana edad se conocen las formas correctas de respiración, y se
consigue realizarlas de forma natural, se está logrando una importante
inversión en la salud física y psíquica del pequeño para toda su vida.
Yoga adecuado para niños
Los profesores de yoga infantil, siempre advierten que
el yoga para niños no es igual que el que se práctica para adultos. En este tipo de yoga, se
practican asanas, ejercicios y juegos basados en las prácticas milenarias del
yoga, pero adecuados para ellos.
A priori, a un niño el yoga le puede parecer aburrido,
y parece del todo impensable dejarle en una asana varios minutos sin que se
mueva o se canse, por tanto los profesionales de estas clases lo enfocan desde
otras perspectivas.
Se les suele introducir a modo de juego, como en el
caso de emular a ciertos animales. Los niños deben imitar las posiciones y
sonidos del animal elegido. De esta forma se consigue realizar posturas de
yoga, además de enseñarles aspectos de los animales y la naturaleza.
Asanas para niños
Entre otras, tenemos las siguientes:
- La
posición de foca: es muy importante para el buen crecimiento de los niños,
ya que logra un estiramiento suave en todo el cuerpo.
- La
postura de la mecedora: es una postura muy relajante y al mismo tiempo
divertida para los niños.
- La
postura de flor: es uno de los asanas recomendados para los niños más
pequeños. Es una postura que estimula la imaginación.
- La
postura de gato: sin duda es el asana más común en el yoga infantil. Es
muy beneficiosa para la columna vertebral.
- La
postura de pájaro: aumenta la elasticidad, sobre todo de los omóplatos.
- La
postura de la serpiente: es una asana que aumenta la capacidad pulmonar, y
ejerce una gran contracción en los abdominales.
Hay que resaltar la importancia de no forzar a los
niños a realizar clases de yoga, lo deben hacer voluntariamente. De otro modo
no serviría de nada su práctica, ya que no se conseguiría su finalidad.
Beneficios del yoga
infantil
- Ayuda
el desarrollo psicomotriz.
- Endereza
y fortalece la columna vertebral.
- Refuerza
el sistema inmunitario.
- Mejora
el sueño.
- Potencia
la memoria.
- Relaja
el sistema nervioso, con lo que los niños sienten mayor sensación de
bienestar.
- Mejora
la concentración.
- Se
aprende a respirar correctamente.
- Aumenta
la capacidad pulmonar.
Los practicantes de esta disciplina milenaria dicen,
que con su práctica se logra conectar con el mundo interior de cada uno, lo que
lleva a una tendencia espiritual importante, sobre todo si la práctica es
regular y continuada en el tiempo.
Ahora bien, el yoga no es ninguna religión, ni está
vinculado a ningún movimiento espiritual en concreto. Por tanto se puede
realizar procesando cualquier tipo de religión o bien siendo agnóstico, es
indiferente.
En cuanto a la edad de comenzar a practicar yoga, no
todos los profesores dicen lo mismo, el fallecido maestro de generaciones de
yoga, Pattabhi
Jois, decía que la edad apropiada para comenzar es a los seis años. En cambio,
muchos otros recomiendan mucho antes, a partir de los tres años.
No obstante, lo que parece obvio, es que sea cual sea
la edad de comenzar, si al niño le gusta y sigue los juegos en las clases,
puede obtener beneficios y ningún perjuicio.
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