Nuestro destino después de la muerte ha generado temores y recelos, así como diversas teorías respecto al lugar donde irá a parar nuestro espíritu.
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El deseo de alcanzar la inmortalidad, ha ocasionado a lo
largo de los años multitud de creencias respecto a su destino después de la
muerte.
La diversidad de religiones llevó a adorar a diferentes
dioses, iconos o símbolos, dependiendo cuál de ellas se profesaba. En las
politeístas se adoran a varios dioses o divinidades, como en el caso de las
antiguas religiones romana, griega o egipcia. En cambio, las monoteístas creen
en la existencia de un solo dios, como es el caso del cristianismo, judaísmo e
Islam.
Muerte y vida eterna en las religiones antiguas: egipcia, maya y védica
A lo largo de la historia de la humanidad ha existido
pluralidad de religiones, que han llenado de dioses, ángeles, diablos y demás
figuras a quienes adorar, temer, amar y ofrendar. En el antiguo Egipto, al
principio se creía en la inmortalidad de dioses y faraones, posteriormente fue
extendida al resto de egipcios, por ello se practicaba el embalsamamiento y
momificación para poder preservar la integridad del individuo en la vida futura.
En el sureste de México, los mayas, creían en el dios
Itzamná, quien se representaba con forma de reptil o iguana, que regía el Cielo
en su conjunto. Para ellos la vida después de la muerte era de suma
importancia, por ello se le concedía mucha relevancia al dios de la muerte, el
cual es uno de los más representados en los códices y en muchos edificios.
La muerte para los mayas era una forma de vida diferente, en
otro lugar pero con las mismas necesidades. Era sólo un cambio de estado. En la
India, el hinduismo nació en parte de cultos y creencias populares, surgidas de
los antiguos textos hindúes, los Vedas. Esta religión o creencia siempre ha
creído en la reencarnación o ciclo de reencarnaciones.
Creencia en la vida después de la muerte
El Cielo, el Infierno o el Purgatorio, son los lugares en
que, los que han sido educados por religiones cristianas y otras, les han
indicado que irá a parar su alma. Otras, por el contrario, creen en la
reencarnación o multitud de vidas de un mismo espíritu.
No obstante, el punto coincidente es la creencia de una vida
después de la muerte. En el caso del cristianismo, cuando acaba la única vida
material; o antes, durante y después de muchas vidas, en las distintas
religiones que creen en la reencarnación.
El miedo a la muerte: cuestión de fe
Según el libro del pedagogo y escritor francés Allan Kardec
(1804-1869) El libro de los espíritus,
el miedo a la muerte está motivado por la forma de educación recibida.
En uno de los fragmentos del libro dice:
El miedo a la muerte es para muchas personas causa de
perplejidad, ¿de dónde procede ese miedo, puesto que ante sí tienen el
porvenir? Sin razón tienen ese miedo. Pero, ¡qué quieres! Se procura
persuadirles, durante la juventud, de que hay un infierno y un paraíso, pero que
es más seguro que irán al infierno; porque se les dice que lo que está en la
Naturaleza, es un pecado mortal para el alma. Cuando llegan a grandes, si
tienen algún raciocinio, no pueden admitir esto, y se hacen ateos o
materialistas, así han persistido en sus creencias de la infancia, temen ese
fuego eterno que ha de quemarlos, sin destruirlos. La muerte no inspira al
justo miedo alguno; porque con la fe tiene la certeza del porvenir; la
esperanza le hace esperar una vida mejor, y la caridad, cuya ley ha practicado,
le da seguridad de que el mundo en que va a entrar no encontrará ningún ser
cuya presencia haya de temer.
Por otra parte, el doctor en Bioquímica por la Universidad
de Valencia (España) Vicent Guillem, respecto a este tema dice en su libro Las leyes espirituales:
Se
tiene miedo a la muerte porque se cree que es el final, la aniquilación de
nuestro yo, de nuestra conciencia. Si uno pierde el miedo a profundizar en sí
mismo, podrá oír la voz del espíritu que le grita desde muy adentro: ¡La muerte
no existe! ¡Eres inmortal! Entonces el miedo deja de existir, el miedo a la
muerte desaparecerá.
Ambos autores recogen en sus libros la misma idea, la
reencarnación como forma de evolución del espíritu, así como la negación de la
idea del temor a la muerte, ya que ese trance no es más que un punto y seguido
en nuestra eterna existencia. No obstante, ha habido, hay y habrá detractores
de esas ideas, argumentaciones en contra, y críticas a los que la defienden.
Por todo ello, mucha gente admira y reconoce la valentía de
personas como Vicent Guillem, que pese a ello, siguen difundiendo su mensaje de
manera totalmente altruista y desinteresada. Si están en lo cierto o no, si
existe la reencarnación o no, si hemos vivido en anteriores ocasiones o no, queda
en la libertad de cada ser humano optar, por medio de su juicio, sentimiento,
convicción, o de la propia experiencia o circunstancia.
Interesante post. El tema de la muerte es precisamente uno que me ha apasionado y hasta obsesionado (no puedo evitar recurrir a él en varios de mis cuentos). Y todo se centra en lo desconocido y también, en el apego. ¿Qué irá a pasar?, ¿dolerá?, ¿todo se acaba?, ¿por qué dejar este mundo conocido, mis bienes, mi gente, mi cuerpo? Gracias por el post.
ResponderEliminarSi te interesa el tema te aconsejo que leas el libro de Vicent Guillem, que cito en el post. Además, lo conozco personalmente y es un ser "especial"
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