Pervivencia de la institución monárquica española en la realidad social actual
Los cimientos de la Corona en España podrían tambalearse a raíz del escándalo provocado por la supuesta implicación del yerno del rey, Iñaqui Urdangarin, en un hecho delictivo.
Cuestionar la permanencia de la institución monárquica, es un tema permanente en parte de la sociedad española, a pesar de ello nunca hasta ahora parecía que estos comentarios preocuparan verdaderamente a la Casa del Rey.
Siguen existiendo en la actualidad individuos que se consideran monárquicos, pero, en cambio, muchos otros se preguntan por qué sigue existiendo esta institución, para ellos, obsoleta. En concreto en Europa existen actualmente 10 monarquías: España, Bélgica, Dinamarca, Liechtenstein, Luxemburgo, Mónaco, Noruega, Países Bajos, Reino Unido y Suecia. Por el contrario, a finales del siglo XIX todo el continente europeo estaba gobernado por monarquías, a excepción de las repúblicas de Francia, Suiza y San Marino.
Todo esto cambió a raíz de la I Guerra Mundial, que
acabó con las monarquías de Alemania y Rusia, además de con los Imperios
Otomano y Austro-Húngaro. Más tarde, y como consecuencia de los movimientos
fascistas y comunistas que asolaron Europa, vino el exilio de otra buena parte
de monarquías europeas: Italia, Alemania, Grecia, Francia, Portugal y
Yugoslavia, entre otras.
En España, los Borbones se mantienen en el trono desde
el siglo XVIII, cuando Felipe de Anjou, sucedió a Carlos II, monarca de la Casa
de Austria, que murió sin descendencia. Ahora bien, desde este primer Borbón,
al que parte de la sociedad española rechazaba y generó la Guerra de Sucesión Española,
hasta el exilio de Alfonso XIII en 1931, han tenido que trampear con algunas
dificultades para la continuidad de la dinastía borbónica.
En el reinado de Carlos IV, ocurrió la crisis más
significativa entre la autoridad, al enfrentarse el rey a su hijo, el Príncipe
de Asturias. El rey Carlos IV, quería que le sucediera Manuel Godoy y esto
desencadenó una serie de rebeliones y atentados por parte de los allegados a
Fernando, el hijo del rey, como la conjura de El Escorial y el Motín de
Aranjuez. Toda esta sublevación popular terminó con la abdicación de Carlos IV
y la proclamación de su hijo, Fernando VII, como rey de España.
Pero aquí no acabaron las penalidades para los Borbones,
poco después de esto, Napoleón Bonaparte, aprovechando la debilidad monárquica del
momento, invadió España, y una de las consecuencias nefastas ocurrió con las
denominadas Abdicaciones de Bayona, por las que Carlos IV y Fernando VII
otorgaron el trono español a Napoleón, que lo cedió a su hermano José
Bonaparte. Lo que provocó la Guerra de
la Independencia Española, con la victoria de los españoles que no deseaban al
hermano de Napoleón como su rey.
La dinastía borbónica volvió a topetar con una
dificultad en 1868, durante el reinado de Isabel II, cuando una gran revolución
en España la obligó a huir. Después de esto se constituyó un gobierno provisional
que impuso una monarquía constitucional, trono que ocuparía desde 1869 a 1873,
el duque de Aosta, Amadeo de Saboya, siendo el único rey no Borbón en todo el
periodo.
En 1875, y tras el pronunciamiento militar en Sagunto
de Martínez-Campos, se produjo la Restauración
borbónica con Alfonso XII, después de la I República Española. Y como fin a la
dinastía borbónica anterior al actual monarca, el rey Alfonso XIII, tuvo que
huir de España en 1931, proclamándose la II República. Y con esto llegamos a
los últimos acontecimientos históricos producidos en este país, la Guerra Civil
Española en 1936, que finalizó en el año 1939 con la victoria del bando
nacional y la subida al poder del dictador Francisco Franco.
Por tanto, y aunque parezca curioso, el último Borbón
reinante en España, lo es gracias al General Francisco Franco, que lo declaró
su sucesor a título de rey en el año 1969, provocando el retorno, de nuevo, de
la dinastía borbónica.
Por tanto, y en base a los tropiezos surgidos durante
la historia a los Borbones, la base monárquica del pueblo español parece no ser
muy sólida, pese a ello, en lo que respecta a la figura del rey Juan Carlos I,
existe una especie de movimiento denominado “juancarlista” que está por encima
de tendencias monárquicas.
Al rey español le siguen un determinado número de
personas, algunos de ellos no monárquicos, y que pese a ello, declaran su
confianza y lealtad con el rey de España, pero los fieles a la Corona se
preguntan, ¿qué ocurrirá cuando pase a manos de su hijo y heredero?
Toda esta previsión de futuro se agrava con los
últimos acontecimientos acaecidos en torno a la Corona, ya que nunca hasta
ahora se había enfrentado la Casa del Rey ha escándalo semejante. Sí, es cierto
que cuando las infantas decidieron casarse con plebeyos, o el Príncipe de
Asturias con una divorciada, periodista de televisión, hubo algunas discusiones
al respecto, pero nada comparado con lo acontecido últimamente, que ha llevado
a la Corona, entre otras cosas, a publicar en su página web oficial, el
desglose de sus cuentas.
Si el símbolo de unidad y continuidad para España, que
representa el rey, comienza a degradarse por cuestiones como la corrupción,
podría cuestionarse su continuidad, según argumenta el profesor Alfredo Retortillo,
profesor de Ciencia Política de la UPV/EHU y experto en opinión pública.
El origen de este escándalo en torno a la monarquía,
lo encontramos en el denominado caso “Palma Arena”, una trama de corrupción del
gobierno de las Islas Baleares, que ha llevado a la imputación de más 30
personas, entre ellos políticos, cargos ejecutivos, personal técnico y el
propio expresidente autonómico, Jaume Matas.
Debido a la investigación judicial surgida por esta
trama, apareció el Instituto Nóos, una fundación sin ánimo de lucro relacionada
con el deporte y servicios de asesoría, en el que Iñaqui Urdangarin, el yerno
del rey, era su presidente.
Según estas indagaciones, parece ser que en el año
2004, recién estrenado en su cargo, el duque de Palma, contactó con el director
de deportes del gobierno balear para ofrecer sus servicios en la organización
de un foro deportivo. Así surgieron una serie de contratos de dudosa
otorgación, que supusieron un coste para las Islas Baleares de unos 1,2
millones de euros. Asimismo, se suscribieron convenios a dedo con el gobierno
de la Comunidad Valenciana y el Ayuntamiento de Valencia, de los que obtuvieron
más de 3,7 millones de euros.
Anticorrupción afirmó que Iñaqui Undargarín y su
antiguo socio, Diego Torres, urdieron un entramado societario para apoderarse
de fondos públicos y privados, y para ello fijaban precios muy
desproporcionados, a la vez que simulaban trabajos ficticios. Además, y según
la Fiscalía, la fundación que presidía el yerno del rey, después de recibir los
pagos a sus servicios, simulaba la contratación de actividades ficticias con
una serie de empresas mercantiles que formaban parte de su entramado
societario, facturando por importes superiores a los servicios realmente
prestados, y emitiendo las facturas contra Nóos.
En 2006, la Casa del Rey, conocedora de la
investigación judicial en conexión con el caso de corrupción “Palma Arena” aconseja
a Iñaqui Undargarin que cese en Nóos y salga del país. Pero todo esto no sirvió de mucho, ya que el
yerno del rey continuó operando, desde Washinston, por medio de otra empresa,
así que el escándalo terminó saliendo a la luz pública. Todos los medios de
comunicación se hicieron eco de esta noticia, donde el yerno del rey podría
resultar implicado por malversación de fondos, prevaricación, fraude a la
Administración y falsedad documental, y lo que es peor, la misma Infanta
Cristina, séptima en la línea de sucesión al trono, figura como socia en
algunas de las empresas investigadas, aunque según el periódico El País,
la justicia no la va a implicar en el caso.
Ante todo este escándalo mediático, parece que la
institución monárquica de los Borbones puede hacer aguas y desaparecer ¿Qué
ocurrirá al final? ¿Podría significar el final de la dinastía borbónica en
España que inició Felipe V?
Habrá primero que esperar a los acontecimientos
judiciales y ver qué decisiones se toman. Las últimas noticias dicen que la
Audiencia Nacional no investigará el supuesto desvío de fondos públicos al
Instituto Nóos, a pesar de ello y después de todo lo ocurrido,
independientemente del futuro de la Corona Española, lo que sí parece claro es
que la credibilidad y honestidad de Iñaqui Urdangarin no saldrán impunes a los
ojos del pueblo español.
Lola Sancho Cabrera
Y a propósito de la noticia de hoy,no me gustaría estar en la piel de quien tiene que redactar los comunicados de la casa real de ahora en adelante. Han perdido muchos puntos. Aunque no tengo filias republicanas, me parece una obscena falta de respeto hacia el sufrido pueblo español el estar matando grandes animales a precio de oro.
ResponderEliminarYo tampoco me considero republicana, pero no por ello dejo de reconocer que existen grandes injusticias en pleno siglo XXI que no tienen razón de ser. Además, las últimas noticias sobre la Corona me parecen muy graves y más contando con la grave situación que atraviesa el país.
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