Lola Sancho Cabrera
Estreno de “Sueña, Casanova” el día 11/11/2011
Reconozco que acudí al estreno con la idea preconcebida de que comparado con otras obras, digamos más “famosas”, me iba a parecer inferior, y cuál fue mi sorpresa cuando me encontré con un elenco de actores magníficos, una puesta en escena sensacional y un juego de luces que me encantó.
No soy una experta crítica de teatro, pero he visto mucho a lo largo de mi vida y en condición de hija de mi padre, un hombre muy vinculado al mundo del teatro durante toda su vida, no como actor, sino ejerciendo trabajos de contabilidad, gerencia y representación para el lamentablemente desaparecido y muy recordado Teatro Ruzafa, así como, posteriormente, el Teatro Princesa, ambos en Valencia, puedo decir que lo representado la noche del día 11/11/2011, fecha muy peculiar por cierto, me pareció una buena obra, bien escrita, bien dirigida y mejor interpretada.
La sala del teatro es acogedora, moderna y cómoda. El escenario, muy cercano al público, te da una sensación más próxima a la historia y a los intérpretes. En lo que respecta a la obra poco más puedo decir que lo dicho en el artículo anterior en que hablaba de la sinopsis, así que me centraré en circunstancias que me llamaron la atención.
Los decorados, sin montajes especialmente llamativos y colosales, resultan muy bien ideados y perfectos para la representación. Un pequeño telón-cortina en el centro del escenario de una tela semitransparente, hace las veces de pantalla de visualización de algunos pequeños fragmentos filmados, y, a su vez, puestos los personajes tras ella, se puede ver la representación del sueño que Casanova cuenta a Gaetano, todo ello en un pequeño estrado con algunos escalones, donde con la simple tela que lo forra, o el vestido de la dama, se escenifican diferentes situaciones y vestuarios.
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