viernes, 22 de julio de 2011

El yoga como filosofía de vida

Involucrarse en el yoga puede ser algo más que una ejecución de posturas o asanas, ya que puede expandirse a otros aspectos que rodean a la persona.


Yoga, meditación y espiritualidad (foto by Terimakasih0)


Esta práctica milenaria, originaria de Oriente, está totalmente implantada en Occidente desde hace tiempo, no obstante, aún queda mucho para que la mayoría de occidentales extiendan su práctica a todas las situaciones de su existencia. Y todo esto porque el yoga, además de una serie de posturas o asanas, puede ser una filosofía de vida, un cambio de actitud ante el trabajo, la familia, los amigos y todo lo que rodea al ser humano en general.

Independientemente de esto, el yoga lo puede practicar cualquier persona sin necesidad de que adopte ningún cambio. De hecho, muchas personas acuden regularmente a clases de yoga y a continuación siguen con su vida acelerada, competitiva y materialista en que suelen vivir. Ahora bien, si se desea hacer del yoga un estilo de vida, hay que ir un poco más allá.
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La práctica de la meditación y el yoga


El silencio en soledad, enfocar la atención en la respiración, dejarse llevar por el ritmo acompasado del corazón, todas estas pautas deben seguirse para practicar la meditación. No obstante existen diferentes formas, aunque todas llevan a un mismo destino, la quietud de mente y la paz espiritual.

Para poder llevar una existencia acorde a las enseñanzas místicas del yoga, si se toma el concepto más amplio de esta práctica, la realización diaria de meditación es una de las más importantes.

La mayoría de personas que practican la meditación en Occidente, lo suelen hacer para mejorar la postura, relajarse y aliviar al estrés, pero para muchos yoguis expertos, es mucho más. Ellos dicen que con la meditación entran en contacto con el mundo espiritual, e incluso que se puede alcanzar la iluminación, como ya lo hiciera Buda.

En cualquier caso, la práctica de técnicas de meditación y relajación están siendo aconsejadas actualmente por médicos y terapeutas del mundo entero como ayuda en la lucha contra la ansiedad, depresión y otros males existentes, sin que para ello sea necesario llegar a los extremos mencionados.
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El pacifismo y el yoga


Entrar en este modus operandi significa abstenerse de luchar contra lo que no queremos, sino defender lo que amamos y deseamos. Ya que esta frase encierra el pensamiento de la mayoría de yoguis que han hecho de su práctica una forma de vida.

Buda dijo: “el odio no cesa con el odio, el odio cesa con amor”.

Una de las pacifistas más conocidas del mundo contemporáneo, Teresa de Calcuta, ante la invitación para que acudiera a una manifestación en contra de la guerra, dijo: “Yo no marcho allí. Invítenme a marchar a favor de la paz y yo iré, pero no me nombren esa palabra”.

Del mismo modo, otro pacifista ilustre de nuestra era, Mahatma Ghandi, dijo: “No hay camino para la paz; la paz es el camino”.

Siguiendo estos ejemplos, y para llevar una actitud acorde a las enseñanzas del yoga, cuando se desea algo más que el simple ejercicio, es básico el amor al prójimo, la ausencia de odio y el deseo de conciliación general.

El vegetarianismo y el yoga


Respecto al hecho de comer carne, el citado pensador, abogado y político de origen hindú, Gandhi, dijo: “Siento que el progreso espiritual nos demanda que dejemos de matar y comer a nuestros hermanos, criaturas de Dios, y solo para satisfacer nuestros pervertidos y sensuales apetitos. La supremacía del hombre sobre el animal debería demostrarse no solo avergonzándonos de la bárbara costumbre de matarlos y devorarlos sino cuidándolos, protegiéndolos y amándolos. No comer carne constituye sin la menor duda una gran ayuda para la evolución y paz de nuestro espíritu”.

Uno de los aspectos para llevar una vida acorde con el yoga es, sin duda, abstenerse de comer carne. Para un yogui tradicional ser vegetariano es una necesidad, y afirman que excluir la carne de la alimentación, purifica el espíritu.
Maestro yogui



La espiritualidad y el yoga


El yoga no es ninguna religión ni creencia, ahora bien la práctica del yoga de una manera regular y continuada en el tiempo implica, en la mayoría de los casos, un acentuado recogimiento interior, o lo que es igual, un contacto con lo más profundo de la conciencia.

Por tanto, practicar yoga de manera apropiada, concorrección en la respiración, fijación de la atención, siendo consciente completamente de la asana que se está trabajando, con realización de una relajación posterior y resto de requisitos para ejecutarlo de manera adecuada, incita a muchas personas a adentrarse en un mundo diferente, en donde lo espiritual va cobrando más importancia que lo material.

Todo lo anterior lleva implícito el cambio progresivo de costumbres y pensamientos. Como el hábito de comer carne; los sentimientos de ira, violencia, odio y venganza; el ansia de poder desmesurado y resto de ingredientes que hacen del mundo un lugar donde cada día cobra más protagonismo la intolerancia, y va perdiendo interés la bondad y el amor entre los que lo habitan.

Por todo ello, según sus seguidores, el adentrarse almundo espiritual y demás condicionantes que rodean al yoga, implica una serie de cambios que hacen de la persona que decide seguirlo un ser totalmente nuevo, benevolente, lleno de paz con él mismo y sus prójimos.




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