Cómo cuidar tus zapatos


El complemento más importante del vestuario, probablemente sea el calzado, ya que además de conferir personalidad, elegancia y estilo a tu atuendo, con ellos debes caminar, bailar, correr o saltar. Envuelven tus pies, una zona del cuerpo muy delicada debido a que deben realizar una función muy importante: soportar todo tu peso, equilibrio  y movimientos.


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Dependiendo del zapato que lleves y del cuidado que le des, estas funciones las realizará con mejores o peores resultados. Es decir, un zapato de mala calidad y poco cuidado, lo más fácil es que te dañe los pies y te impida caminar cómodamente.

Por tanto, voy a indicar una serie de recomendaciones o pautas para mantener tus zapatos perfectamente cuidados, lo que conllevará también un mejor estado de tus pies y, por tanto, una máxima comodidad para ti.



Cuidados de los zapatos de piel

Los zapatos más adecuados para la salud de tus pies, son los de piel y confeccionados con materiales de alta calidad.

La piel es un elemento natural, por lo que sus cuidados son similares a los que utilizas con tu propia epidermis. Por tanto, hidrata a menudo la piel de tu calzado. Para ello puedes utilizar, además de los propios productos para limpiar los zapatos, cualquier crema hidratante.

En caso de manchas, se pueden limpiar con un trapo mojado, dejándolos secar, y a continuación nutriéndolos abundantemente.

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¿Qué hacer en caso de que se mojen los zapatos?

Si tus zapatos se mojan, con la lluvia o cualquier otra circunstancia, hay un truco casero muy efectivo y es el siguiente: rellenar tus zapatos con papel de periódico. Ahora bien, hay que evitar acercarlos a una fuente de calor. Es decir, nunca seques tus zapatos mojados en una estufa, chimenea o calor solar.

Si el papel se humedece rápidamente, lo sustituyes por más hasta que tus zapatos estén completamente secos. Después debes de darle crema o betún abundantemente para hidratar la piel del calzado.

La manera más profesional sería comprarte una horma de madera de cedro, que absorbe la humedad y conserva la forma del calzado. Pero el anterior consejo funciona también muy bien y  evitas tener que comprarte la horma, en el caso de que no la tengas.

No obstante, y aún en el caso de que dispongas de ella, puede ser conveniente una primera fase con el papel y posteriormente colocar la horma.



No olvides las suelas de tus zapatos

En el cuidado de tus zapatos no hay que olvidar las suelas y tacones, parte clave para caminar cómodamente. Para ello controla que no se desgasten demasiado antes de llevarlos al zapatero para que reemplace las usadas, ya que en otro caso podría ser irrecuperable.



Cuida el interior de tus zapatos

Es conveniente desinfectar el interior de tus zapatos a menudo, ya que de esta forma evitarás que se generen hongos u otros organismos, que pueden contagiar a tus pies. Lo puedes hacer con algún espray específico, algún fungicida o con polvos de talco, también puedes añadir un poco de bicarbonato, que además evitará el desagradable olor a pies.



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Cómo guardar tus zapatos

Una fase importantísima en el cuidado de tus zapatos es la forma de guardarlos. Antes de ello límpialos, siempre, con betún o crema, e introdúcelos en su caja correspondiente. Nunca los guardes amontonados unos encima de otros.

Y si quieres mantener su forma como el primer día, no olvides guardarlos con una horma o cualquier otro tipo de relleno, por ejemplo papel de periódico o de seda.

En el caso de botas o botines, no olvides rellenar también la caña, para ello puedes poner una revista enrollada o una botella de plástico vacía. Actualmente, la mayoría de fabricantes incluyen, en las botas que adquieres en la zapatería, unas hormas de cartulina dentro de las cañas, que si no las echamos a la papelera, pueden hacer también esta función.



Zapatos en sus cajas (Andrea Jara)


Por tanto, si deseas mantener en buen estado tus zapatos durante mucho tiempo y conseguir que tus pies no sufran las consecuencias de lo contrario, sigue los consejos expuestos de manera exhaustiva, sin olvidar la importancia de este complemento básico y obligatorio.


Recuerda que unos zapatos en mal estado pueden ser la parte discordante en tu atuendo, ya que si a un bonito vestuario, con esplendidos accesorios y perfecto peinado, no le acompaña un bonito y cuidado calzado, el resultado del conjunto puede resultar nefasto.


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